martes, agosto 26, 2008

Muchas ideas mías que no son mías

Soy el príncipe fofo trágico de ningún lugar
Mis subditos son los hombres que usan gabardina
los gatos que sacan la lengua
las mujeres sin sombrero...
los sombreros
los kioscos que no cierran de noche
los completos con ketshup aguado
y mi reino son las calles para cuando para de llover
los campos de helados de invierno
los trenes de vuelta
las bodegas en las que guardan los carritos de sopaipillas
las galerías vacías
los cines a los que no se va acompañado

domingo, agosto 24, 2008

Del 2006

Héroes paupérrimos presentes
Levanto un vaso, brindo
Hago caer mi lagrima favorita
En el brebaje improbable este
Y hago sentir mi gratitud aquí
Al final de todo, al final de todos
Fui un hombre de observación
De tontera jocosa, de hacer reir
Y le doy las gracias a mi publico
En esta hora de telon trabado
Por que llegué aquí a maravillarme
A ver lo innombrable, brillar
Vi angeles golpear al mundo
Higados recuperándose como el fénix
Vi la noche desde el otro lado
Vi mundos tambalearse, caer
Viví es cierto, caí es cierto
Pero me jacto de ambos
Y en esta hora de telón desenrollado
Agradeciendo al publico presente
La paciencia, la emoción
De haberme hecho pertenecer
De haberme ayudado a no caer
De haberme desmitificado

viernes, agosto 22, 2008

Diagonal

Con una gabardina, cantando The Night bajo un árbol seco. En la noche.
Lo imaginé y como lo imaginé, podría haber pasado.
Detrás, una residencia de monjas y el aire muy frío y las ganas que salga por esa puerta y que me mire y que baje la cabeza o que se acerque y me pregunte que que hago ahí que porqué después de tanto tiempo sigo ahí, que porque no le digo nada, que porqué no le respondo. Y yo mirándola desde abajo, mirándola en diagonal, siempre mirándola en diagonal, siempre bajando la cabeza y mirándola hacia arriba, en diagonal, y ella siempre lo notaba y se ponía muy triste, y cambiaba el tema y a mi me daban muchas ganas de decirle que me encantaba hacerle daño con los ojos porque era una muestra que realmente me entendía y que realmente nos comunicábamos y que si no fuese porque me seguía gustando, si no fuese por eso entonces estábamos destinados a ser amigos por siempre a entendernos por siempre y a que pasasen los años y a mi se me olvidase todo y a ella no.
Reincido. No voy al Sanfic porque me haría reincidir. No me acerco, no me baño, no me afeito, no salgo, me quedo y reincido.
Imaginariamente. De la peor manera.

domingo, agosto 17, 2008

X

Se parece a cuando quieres escribirle muchas cosas a muchas personas y cada vez que terminas una linea la borras porque se lee tonta y dices que quizás era la persona incorrecta para la linea correcta, pero luego te das cuenta la borraste y dices que ahí se va el parlamento perfecto para una de esas escenas que nunca van a pasar. El problema viene cuando tienes más lineas que personas, más lineas que escenas, más escenas que personas y todo se vuelve como si uno lo estuviese buscando en un catalogo de espacios en los que decir algo. Pero no es tan terrible. Es más como una secuencia de habitaciones de residenciales de balnearios en auge. De esas que te cobran barato porque quieren te quedes mucho tiempo y que te pasen muchas cosas y que las tipas de al lado te inviten a carretear siempre y te crean alguien muy buena onda: nunca preguntan porqué estás solo, nunca preguntan tampoco porqué siempre le dices que no a la hierba. Nunca preguntan cuando están las tres pero cuando una se va al baño y la otra a hablar con el pololo, suelen preguntar y tu sueles responderles, aunque sea solo a una, siempre lo mismo, siempre con una mueca igual, siempre justo antes de abrir el ron y de sacarle los ojos del pecho porque sientes la puerta abrirse y no está bien mirarle los pechos a una chica cuando te mira otra con los pechos más pequeños que los observados en primer lugar: da a entender hacen la diferencia, desaniman, desencantan y nunca está bien desanimar a una chica que te invita a carretear, así que haces como que no ha interrumpido nada, aunque las mejillas de todos estén un poco rojas. Miras el ron y como que escuchas un comentario sobre como está todo afuera, sobre la feria, sobre las vacaciones, sobre el ron. Tratas de sonreír y te das cuenta no hay nada por lo que hacerlo así que te pones a mirar el ron moverse dentro del vaso y a sentir como te miran; así como si hubiesen visto romperse algo, como si no entendiesen. Una de ellas te pregunta por la tercera y sale. La que queda en la pieza te mira como si quisiese repararte y se acerca. La miras y piensas en contarle todo y en vez de eso solo le pides se acerque más. Te mira de vuelta y espera a que le sonrías un poco, a que juegues de vuelta. Tomas un sorbo largo de ron y no miras a nadie.

viernes, agosto 15, 2008

Que te sigue en la oscuridad


Es como cuando te das cuenta no quedan ollas en la cocina para tantas goteras.
Es como cuando te dicen usas demasiadas palabras por verso.
Es como cuando tomas micro y se te cae la bip y la gente se ríe porque es muy brillante y eres el único no la ve.
Es como cuando escuchas vamos de vuelta a la caleta viniendo desde el parque y piensas en correr pero te das cuenta correr sería feo, correr sería correr, así que solo caminas rápido y los facsímiles pesan y sabes era una pésima idea ir a buscarlos.
Es como cuando llueve tan fuerte que no te deja escuchar la tele y la tienes que subir y te duelen un poco los oídos pero quieres se te pasen las ganas de salir a mojarte.
Es como cuando quieres escribir pero te desanima no ganar y para cuando te acuerdas ganar es el final del camino ya estas sentado en un sillón húmedo, mirando una pared húmeda y preguntándote cuando van a entrar las Banshee y te van a cantar esa canción tan linda que es al mismo tiempo de cuna y de ataúd y que dice tantas cosas ciertas.
Es como cuando cae una gota y tu subes los parlantes para no escucharla y es aun peor que cuando quieres enmascarar la lluvia de afuera porque esta es lluvia de adentro y es ineludible y te sientes culpable de haber gritado SHAZAM tantas veces, tan tarde, justo antes de que comenzase a llover.
Es como cuando sacas el libro y lo abres en la pagina marcada y lees lo que dice mientras caminas en circulo por la pieza y tu mano suda contra la contratapa y tu piensas en cerrar los ojos, apagar la luz y seguir recitando por siempre y te das cuenta cada vez que lo dices duele más y te dan ganas de seguir y encontrar una manera de hacerlo más veces al día y que duela más cada vez.
Es como cuando recuerdas te dijeron Holden e Hipolito en tiempos diferentes y que esencialmente te dijeron lo mismo y que todos te decimos lo mismo y tu no te ríes y solo la recuerdas a ella y nos haces creer todo no te importa y que ya renunciaste a mencionarla y ahí te tengo que recordar que ya hiciste algo así hace tiempo y que terminó mal y que no puedes tener otra ulcera de nuevo porque si te ocurriese yo creo elegirías definitivamente morir o definitivamente vivir y lo definitivo no es lo tuyo, nunca es lo tuyo porque cuando cambias un poco, te mueres un poco y ya estamos todos un poco hartos de verte morir.

lunes, agosto 11, 2008

Cotidiano

Me gusta apagar las luces y quedarme en un rincón de la pieza haciendo como que pienso, como que sin luz se me vacía la cabeza, se me quita la pena, se me va a la ansiedad. Me gusta pensar sin luz, así como sin lentes, soy una mejor persona, un poco más franca, con menos de que preocuparme. El computador hace la pieza se vea verde y que la noche no sea completa. No apago el computador, lo dejo corriendo con música. No me resulta la oscuridad sin música, no me resulta estar sin lentes si no hay agua. No me resulta nada. Cuando me saco los lentes veo las cosas tal como son a mis ojos, como si en el fondo ser porfiado y con la percepción fallida fuese algo que venía con el pack desde el principio. Me da miedo sacarme los lentes; se me viene todo encima, como si los lentes fuesen una especie de compromiso con las formas. Me quedo en lo oscuro, sin lentes y es como si no hubiese nada delante. Lo verde de la pared me quita cualquier intento de paz mental, y si la pudiese obviar, entonces notaría la vibración del computador, los sonidos de la calle, de la carretera. Me quedo en lo oscuro y subo los parlantes, me siento en el sillon que da a la pared verde y trato de no pensar en nada más que en la atmósfera que le da lo verde a la pieza. No pasa mucho tiempo hasta que uno de los temas de la playlist me desconcentra. Las desconcentraciones voluntarias están bien, vienen bien. Lo sacan a uno de lo-que-fuese-que-tenía-en-mente y eso en una pieza oscura no molesta. Entra un poco de luz desde afuera, abren la puerta, cuento los monosílabos con la mano, prendo las luces, salgo de la pieza.

viernes, agosto 08, 2008

Hoy: ¿Porque te gusan los Pet Shop?

No sé. Desde chico que me gustan. Ha de haber tenido que ver que en un vídeo salían en unas partes unas pantallas del mortal kombat. Claro, era el tiempo en el que uno veía vídeos previo a que diesen los monos animados. Aunque eran los noventa: uno veía vídeos siempre, porque si, a todas horas y habían programas de vídeos, especiales de vídeos y gente que llegaba a la casa con sus vídeos en VHS. Después, los tocaban siempre en Galpondie y en los demás antros-de-la-perdición-chicas-vestidas-de-latex-atinando-delante-de-uno-y-uno quedando-pasmado-pensando-que-esas-cosas-efectivamente-pasan.
Me gustan los Pet Shop, pero no para todas las playlist. Para las que no hacen llorar, para las que uno empieza a bailar, solo en la pieza, por el gusto de bailar. Claro que es raro, pero me gustaba bailar. Antes.

jueves, agosto 07, 2008

Faltan trece minutos para la medianoche

Me caigo. Me caigo y me muero, y de mi sale un fantasma que muere de ganas de comerse un completo. Me levanto y me limpio el polvo de la gabardina. Mi mochila hace un ruido horrible, como si algo se hubiese roto o como si anduviese trayendo piedras. Me río y me paro y miro a la gente reírse. Sigo cantando el estribillo de una canción de los Pet Shop como si fuese un mantra. Sin los audífonos el mundo es distinto; duele menos, dan menos ganas de llorar, dan más ganas de quedarse quieto y mimetizarse con todo, como si fuese tan fácil llevando gabardina. Tengo algo así como barro en los pantalones, pero no es barro sino que solo es lo que quedó después de haber caminado como la lluvia. Quizás si cuenta como barro pero estando al final de los pantalones, no hace diferencia. Camino como si llevase algo muy pesado en la mochila, como si la carga estuviese ahí, como que si alguna vez me sacase la mochila, me liberaría de algo cansador y enorme, de esas cosas que pesan mucho y lo hacen a uno encorvarse a uno, de a poco. Un amigo me dijo hace mucho tiempo que uno tenía que caminar siempre recto, siempre sacándose el fracaso de los hombros. Yo no puedo. Para cuando llego al carrito de completos, lo intento, me la saco de los hombros, la pongo entre mis piernas y miro hacia los dos lados, por si es seguro dejar de ponerle atención o no. Pido un tomate mayo y una bebida. Todo está quieto, la ciudad se acaba a las once y media. Todas las ciudades se acaban a las once y media y después viene la jungla, los gritos, las ganas de llegar curao, de no llegar, de que a uno lo asalten a la vuelta y que no lo dejen llegar y amanecer muerto en la cancha, porque uno cuando muere sigue amaneciendo y se va uno con el día, y vuelve al siguiente, y cuando uno cae y uno muere uno sigue queriendo comer completos pero es difícil. Se vuelve todo difícil y arcaico, como si las formas físicas hubiesen sido un invento de unos griegos medios locos vestidos con sabanas, como si que las cosas se distinguiesen de las otras cosas fuese culpa de Platon y de la cosidad de las cosas. Que unas cosas son más cosas que otras cosas, que unos completos son más que otros, que la ciudad a las once y media tiene más ciudadidad que la ciudad a las doce con medio completo ya comido y con la sensación graciosa que le deja a uno el pan frío en la boca, cuando tiene ketchup. Pago y me voy. Pienso a veces sería más fácil si me diesen ganas irrefrenables de otras cosas que de completos. Una pareja me ve avanzar y les da miedo que me mueva tan cerca suyo, tan tarde, y con la calle tan sola, así que empiezo a cantar fuerte una canción de los Beatles, y a pronunciarla bien y en el fondo a realmente darles a entender yo la entiendo, y me dan ganas de decirles que fui universitario, que no soy un ladrón, que la ropa la llevo gastada y medio sucia porque ayer hubo mucha lluvia y que no quiero gastar la ropa limpia y que me da mucha risa que me tengan miedo siendo que soy lo más inofensivo que la ciudad le podría ofrecer a alguien de compañero de calle vacía y que quizás si pasase algo a mi me daría por creerme héroe y ayudarlos pero siguen mirándome como si fuese un fantasma que canta mal y la luz me da por el lado y hace que la mitad de mi se distinga en la noche; justo la mitad que quería un completo, justo la mitad que no quiere llegar, justo esta mitad.

lunes, agosto 04, 2008

Son dialogos artificiales, y que?

- tu me dices y me dices cosas pero cada vez que abres la boca es para querer siempre decir algo más, pero te da miedo...-

-claro que me da miedo, si en ti las palabras rebotan y cuando diga las de verdad quizás reboten también porque en el fondo eres como una esponjita llena de palabras y ya no entran más y a mi me da mucho miedo haber llegado tan tarde...

- a ti te da miedo todo pero todo todo y a veces es lindo pero termina asfixiando y cansando y dando ganas que te quedes solo un día en el bosque para que ya no tengas miedo o te coma el lobo pero tu nunca querrías pasar una noche solo en el bosque porque te daría miedo...

Una micro los interrumpe; la micro arrastra un zapato de su tubo de escape. Ella ríe.

-lo que pasa es que te ríes de todo y crees todo es lindo y es injusto porque viéndolo todo así es re-fácil arriesgarse...-

-lo que pasa es que no te ríes de nada y crees todo es terrible siempre y así es muy fome todo...

- lo que pasa es que tengo mucho susto y no me ayudas...-

- claro que no te ayudo, prefiero reírme y esperar a que entiendas. Si quieres te dejo solo en el bosque, para que te coman los lobos y si vuelves y me preguntas de nuevo que porqué yo no te ayudo, ahí yo tendría algo que decirte, así como si efectivamente te hubiese ayudado...

- tu me dejarías tirado y me verías desde lejos y lo encontrarías todo chistoso y después te irías y te reirías en el camino y volverías al día siguiente y me verías todo destripado y te daría risa hasta adonde llegó la sangre, hasta adonde llegan las tripas y lo alejada que está mi cabeza mordisqueada del cuerpo...

Ella se vuelve a reír. Él mira hacia abajo.

-lo peor de todo es que me entiendes y te da risa entenderme y te da risa que yo tenga miedo y sí, es un poco chistoso pero cuando te ríes de mi así yo pienso estoy perdiendo un poco el tiempo porque para ti soy como el zapato amarrado al tubo de escape que pasó recién por aquí y yo a veces me doy cuenta solo te ríes y te ríes así de todo y de todos y todo va y viene pero yo no quiero ir y venir y por eso tengo tanto susto y por eso no te puedo decir nada de lo importante...-

-te preocupas de todo, demasiado; yo me río y tu te preocupas y por lo menos yo paso buenos ratos mientras que tu solo caes y caes más y te das cuenta y a mi me diviertes tanto porque te das cuenta de todo pero no haces nada solo te preocupas más y es chistoso que aun no te des cuenta darse cuenta es el último paso y que después no hay nada y que no hay que tener miedo porque después no hay nada más y uno tiene que vivir así, dándose cuenta.

El la mira y sigue mirando hacia abajo. Ella lo mira y vuelve a sonreír.

-el problema es que te cuesta mucho entender la ultima parte pero a mí también me costó mucho entenderla y fue complicado pero después de ello todo se pone difuso y a veces me dan ganas de no entender y de seguir pensando una que otra cosa hacen la diferencia pero así es esto y tienes que decidir. A mi me cansas y me agotas pero me entretiene mucho cada vez que tengo que aparecer detrás de ti y darte un abrazo y sugerirte todo está muy bien y que si te ríes me río contigo y que cuando no te ríes es porque aun no ves el chiste y me preguntas el chiste y yo te miro como si fuese el rector de una universidad imposible y no te quisiese prestar las salas para tu club de teatro porque lo encuentro tonto...-

Él se ríe. Ella le sonríe de vuelta.

- ves, así te ríes y a mí me da mucha risa hacerte reír porque siempre hay algo de lo que reírse aunque sea muy feo reírse y la gente se enoje, así como cuando tu te enojas porque crees hay algunas cosas aun son serias; yo una vez me reí después que atropellaron a alguien y la gente me miró como si hubiese hecho algo malo pero no hacía distinción alguna...

- a veces enerva que hagas esas cosas pero son las que te hacen así de remarcable, así de loca, así de linda y que me enerves es como el final del cóctel raro y me gusta mucho tu cóctel raro...