martes, julio 21, 2009

Through the glass.

Se sentía como contarle todas las cosas a las que le tienes miedo, a un maniquí que te asentía mientras se reía y tu podías verla reírse mas ella no podía ver tu cara al momento de hacer nuevamente patentes todas las cosas respecto a las cuales muchas veces no te sale la voz ni te salen las ideas. Ese tipo de cosas que prefieres siempre esconder debajo del sentido, debajo de las ganas de comer, debajo de la pena. El tipo de cosas de las que no escribes, el tipo de vivencia de la que no te jactas, el tipo de angustia que aun no sabes como expresar en palabras, aunque hayan pasado los años. Es como nuevamente estar llorando debajo de un abrigo mientras todo un curso se ríe de ti y te dice que eres como una tortugita. Me haces sentir como si todo fuese igual y todas las cosas que digo cuando tengo pena no le llegan a nadie. Me haces sentir como si fuese necesario me volviese a tapar y volviese a llorar escondido y a tener mucha rabia y volviese a decir todo lo que tengo en mente desde la oscuridad, en la oscuridad y para nadie. O escribir, que ahora es como lo mismo, pero menos patético. Mucho menos patético.

domingo, julio 12, 2009

That was called love for the workers in song.

Siempre que llego aquí, llego pensando en algo especifico respecto a lo cual escribir. Hoy no quiero. Hoy tengo tanto en mente y me agota tanto, que no quiero.
No quiero escribir sobre nada en particular.
No quiero escribir sobre la señorita en cuestión. no quiero escribir sobre como la afecta su cambio de talla, ni sobre lo mucho que me complica saber está lejos, ni sobre el estado-de-las-cosas.
No quiero escribir sobre tedio.
No quiero escribir sobre literatura; sobre lo que implican unos cuentos medianamente malos, publicados, ni una novela siempre a medias.
No quiero escribir sobre mi cumpleaños.
No quiero escribir sobre la casa de mi madre.
No quiero escribir sobre la torta de selva negra de hoy, que estaba muy rica.
No quiero escribir sobre roleros viejos que se ponen latosos estando curaos, ni sobre vodka cabezon, ni sobre baños ocupados.
No quiero escribir sobre la proyeccion de un pasatiempo que se demora tanto tanto que a veces pasa como un buen sucedáneo de vida.
No quiero escribir sobre la rabia que me da saber que sin importar lo remarcable que sea la mujer que amo, siempre va a haber un punto en el que es tan cansadoramente obtusa, y respecto al cual no tengo nada que ofrecerle ni ninguna forma de ayudarla que haga sentido para mi, desde mi perspectiva de la posibilidad de ayudar.
No quiero escribir sobre semanas disponibles, sabanas frías, mañanas preciosas arriba de una micro, metros helados, enfriamientos en plaza italia, micros con corriente de aire, perros ruidosos, baños humedos, papel higienico del barato, habitaciones sin luz y esa sensación que tienes antes de tomar una siesta, que te dice despertarás completamente transpirado.
No quiero escribir sobre lo triste que es saber que lo que me queda por hacer es escribir y esperar y que un día de estos me deje de pesar tanto sobre los hombros lo complicado que es para ella asumir que uno es uno pesando 40 o 90 kilos y que no tengo como diablos hacer que lo entienda.
No quiero escribir sobre lo triste que es saber que al final del día lo que cambia es tan poco y lo que sigue siendo desde hace tanto, sigue y se mantiene y es como una especie de paralelo chistoso entre todo lo que ha cambiado entre nosotros y todo lo que sigue siendo lo mismo.
No quiero escribir sobre sus apuros, sus viajes juntos, sus cumpleaños, las llamadas respecto a las cuales siempre dice si.
No quiero escribir párrafos enormes y patéticos sobre las dinámicas de comportamiento actuales y lo que implican y sobre las cosas en las que en realidad debería fijarme en lugar de estar pataleando contra algo respecto lo cual solo puedo patalear, y llorar, y esperar, o no esperar, o no considerar o algo.
No quiero escribir sobre lo mucho que he llorado escuchando Calamaro hoy y sobre como no puedo cantarle canciones como esa porque cree decirle "flaca", es una forma de insulto o de contraste cruel.
No quiero escribir sobre como las entradas de blog le actualizan a uno el animo, aunque hayan sido formuladas en estados extraordinarios.
No quiero escribir sobre mis descuidos, sobre todas mis negligencias respecto a mi mismo y sobre esa noción de estar un poco suicidándose con cada vaso de ron, con cada completo gigante, con cada prueba que doy sin estudiar, con cada día que camino sin ver la hora.
No quiero escribir sobre tener el día vacío, tan vacío que me queda tiempo para leer blogs ajenos y para que me afecten el animo los enunciados pasados de alguien que asumidamente es negligente para con la forma en la que me terminan afectando sus negligencias hacia lo demás y hacia ella misma.
No quiero escribir sobre la estupidez que significa que me afecte por segunda vez algo que me afecto a su debido momento pero no a la manera de tener algo largo que decir de vuelta, como ahora.
No quiero escribir sobre buscar "te amo"'s y encontrar comentarios sobre todo lo que se ha perdido en el año.

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