viernes, noviembre 30, 2007

Pensaba...


Pensaba, de vuelta de valpo, en una especie de cortometraje, con ese pedacito ultraconocido de Moonlight Sonata de fondo, el metro vacío, las calles vacías y el río. Despues pensé que sería un buen comercial de universidad privada. Lo deseché inmediatamente.

Siempre he disfrutado con la lectura de Ray Bradbury. Preparé la mochila teniendolo en mente. Esperé en la estacion, mirando a todos lados. Vi viajeras preciosas y me dije a mi mismo que quizas la estadía en Venus no iba a ser tan mala. Recordé el ultimo viaje que hise estando vivo. Tomé el libro. Recordé el motto que conservé para mi profile de Blogger: escribo para no morir.

Llegué a valpo sabiendo me jugaba la vida en un papel, que el viaje había sido inofensivo, que los buses ahora tienen baños y que el mundo se ha vuelto civilizado. Leí medio libro. Lloré un poco con La mescladora de cemento. Toqué suelo y recordé Talca. Las calles se veían parecidas. Volví a llorar. Llegó mi sherpa y me acompañó a la Universidad. Entramos. Fallamos. Salimos. Caminamos por lugares que se parecían a otros lugares. Estuve en Talca, en Santiago y en Curicó mientras caminaba por Valparaiso. Almorzamos conversando de todo y nada. Ella se fue, se tuvo que ir en realidad y me quedé. Caminé un poco hacía el lado contrario, pensando asi iba a llegar al mar. Mientras estaba en eso doblé por una calle pequeña, que no serpenteaba como las otras. Vi el mar. Containers y el mar. Gruas y el mar. Estaba a poco más de una cuadra del mar, no importaba. Vi el mar. Caminé de vuelta. decidí obviar la recomendacion de mi amiga y elegí una calle para caminar por ella. Recordé Talca, otra vez. En vez de llorar preferí cantar. Recorrí una calle soleada de una ciudad desconocida y rememorosa cantando una cancion que sabía nadie iba a entender, que nadie iba a reconocer como suya. Llegué de vuelta al terminal, compré pasajes para el primer bus disponible y se subí. No pensé. Me subí.

Tomé a Bradbury, me saqué el poleron y seguí leyendo. Me di cuenta había estado bajo el sol con el poleron puesto y que no había sido el fin del mundo. Me di cuenta tambien había toda una ciudad que querer conocer. Leí un cuento sobre una oleada imaginativa que peleaba la ultima de las luchas contra lo pulcro, contra lo sano. Poe al mando de una horda de pesadillas, olvidadas. El viaje de vuelta se hiso corto. No me di cuenta cuando el libro se acabó, cuando el hombre ilustrado se dio la vuelta dandole la espalda al narrador. Me bajé del bus pensando en que iba a decir en mi casa; como le iba a explicar a mis padres que me quedé sin sueño, sin expectativa para el año. Estuve en el metro, medio muerto, viendo personas pisar una mancha color vainilla. Una escolar la pisó y me miró de vuelta con cara de "¿Porque no me avisaste?". La miré de vuelta, le di a entender nisiquiera era capaz de avisarme a mi mismo. Me miró con un poquito de pena, porque me entendio, o con un poquito de asco, porque se dio cuenta estaba mirando a un hombre gordo en el metro. Volvió a mirar la mancha y bajó la mirada. Me bajé del metro y ella tomó mi lugar. Caminé por Cumming pensando en la mancha, en la escolar y en el viaje.

Si mis entradas apostasen a una moraleja, esta tendría que ver con que nadie te puede avisar a tiempo que metes la pata en vainilla derretida, y que nadie te puede consolar eficientemente despues. Claro, tambien podría tener que ver con falditas cuadrillé y las razones por las cuales mejor no romper el hielo con señoritas de 16, pero esa es otra historia.

Pero aun sabíamos reir, dijo Fito. Estoy de acuerdo.

Escribimos y nos reimos para no morir. Pisamos helado, para no morir.

domingo, noviembre 25, 2007

La cresta es un muy lindo lugar, cierto?

Me alegra hayan llegado 2 votos a la opcion de irme a la cresta. Presumo es que quieren mi distinguida compañía ahi. Quizas para sentirse menos solos, quizas porque quieren estar conmigo, quizas por que la vida se pone mejor una vez te vas a la cresta. Me llena de satisfaccion que me quieran invocar adonde estan ustedes ahora; es como si en esos 2 votos estuviese todo lo mucho que me extrañan, al punto de estar pidiendome me vaya con ustedes.
Voy a ir directo al punto, para no atentar contra la inteligencia de nadie:
Pacho, te quiero más que la chucha pero tu sabis como funciona esto, asi que la cresta no es un mal lugar en el que estar. Osea, el taint se siente desde aqui y no hay nada que hacer al respecto.
Androide innecesaria: La cresta te sienta tan bien, tan tan bien, que presumo naciste ahi, vives ahi e iras a dar alla una y otra y otra vez. Si te sirve de consuelo, caiste como una igual. Si te sirve como segundo consuelo, no tengo objecion alguna respecto a tu tactica de juego; solo que la usaste en ambiente en el que lo que funciona standard, termina haciendote acreedora de un empalamiento en la plaza mayor por weona. Asi de siempre.
Androide necesaria: Bueno, aqui el asunto se pone horrible, por que el que está en la cresta soy yo; te puedo decir es un increible lugar. Te puedo decir tambien que tal cual ha sido a lo largo de estos años, seguiría pagando X sangre para seguir ganando presses. La cresta me sienta tan tan bien que me sorprende un poco no haya querido quedarme aqui más seguido. Una de las singularidades de mi problema adaptativo es que siento más de lo normal y a veces eso hace que la gente no me pueda entender, o no pueda entender la intensidad, o no me la crea. Por eso sigues estando en la categoría de lo inolvidable. Pero la cresta te sienta tan bien, tambien.
(El post sobre valpo me lo reservo para más rato, por que quiero darle una vuelta a todo esto)
(para los no involucrados, esto es una muestra de la paranoia + malevolencia de quien redacta estas lineas, y como tal, pido se entienda en la medida de lo acertada que resulte)

domingo, noviembre 04, 2007

Sobre la encuesta, nuevamente


No tengo muchas ganas de escribir; un poco shato, recien levantado, y sin mucho impetu literario/referencial.


No me sorprendieron los resultados de la encuesta: claro que la gente se iba a ir a la opcion más graciosa, y a la que sonaba más cierta, claro, por que suena como si fuese a ser cierta.

Pero abía un poco más en la encuesta que eso. Me hace darme cuenta, el recuento, que quizas las otras cosas no son asi de importantes como para que las personas que me conocen las tengan en cuenta.

O quizas es que mis lectores saben que tu no le puedes poner el nombre de la señorita por la cual has perdido más la cabeza, a una hija; porque su mama no me dejaría y porque van a haber otras mil veces en las que me enamore, me muera, reviva y deje una ciudad por alguien.

O quizas porque saben que hay otras maneras de rendirle tributo a la paradoja del espectador.

O quizas poruque Valentina y Francisca son nombres de espada, no de niña. Así como Ignacio es nombre de codex. Mi primera rapier se va a llamar Valentina, mi primera espada corta se va a llamar Francisca...

(las quiero par de señoritas locas, me acordé de eso mientras escribía, aunque ahora me doy cuenta no van a leer esto)