viernes, agosto 22, 2008

Diagonal

Con una gabardina, cantando The Night bajo un árbol seco. En la noche.
Lo imaginé y como lo imaginé, podría haber pasado.
Detrás, una residencia de monjas y el aire muy frío y las ganas que salga por esa puerta y que me mire y que baje la cabeza o que se acerque y me pregunte que que hago ahí que porqué después de tanto tiempo sigo ahí, que porque no le digo nada, que porqué no le respondo. Y yo mirándola desde abajo, mirándola en diagonal, siempre mirándola en diagonal, siempre bajando la cabeza y mirándola hacia arriba, en diagonal, y ella siempre lo notaba y se ponía muy triste, y cambiaba el tema y a mi me daban muchas ganas de decirle que me encantaba hacerle daño con los ojos porque era una muestra que realmente me entendía y que realmente nos comunicábamos y que si no fuese porque me seguía gustando, si no fuese por eso entonces estábamos destinados a ser amigos por siempre a entendernos por siempre y a que pasasen los años y a mi se me olvidase todo y a ella no.
Reincido. No voy al Sanfic porque me haría reincidir. No me acerco, no me baño, no me afeito, no salgo, me quedo y reincido.
Imaginariamente. De la peor manera.

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