1
Se reune el Consejo de los Siete, se ponen las capuchas y toman el bol-de-ensaladas-ritual, para elegir uno de los papeles que contiene. El Princeps toma uno de ellos y lo lee. Todos dicen de vuelta algo en latin, mueven las manos un poco, hacia arriba, y se van.
Asi piensa * que fue como terminaron mandandolo, solo, a Puerto Natales. Gente con túnica cantando "Nosotros, Notrotros", mientras se pasan una ensaladera decorada con monitos. Es la mejor explicacion, la que tiene más sentido. Así de lógica está la situacion; trabajar moviendo cosas, en el sur, no calza del todo con lo-que-sea que hubiese tenido * en mente, pero las opciones de paz mental se fueron por la borda por ahi por noviembre. Nada que hacer. La ilusion paradisiaca de jugar play a guata pelada con un vaso de jugo en la mano, ida. En vez de eso, un pasaje en avion a Puerto Natales con la intencion de trabajar como porteador.
El lobby politico-familiar, pataleo, para impedir dicho futuro, fue infructuoso y la clasica maniobra penelopesca de decir que había algo que terminar, tampoco.
Pasaje en mano, no había otra salida que viajar
2
Hacer una mochila es como criar un hijo, pensó *, al sacar la ropa de la cajonera. Igualito, identico. Uno va y lo trae al mundo, y lo empieza a hacer y lo hace lo mejor que puede y a medio camino uno piensa que podría haberle enseñado frances y que si hubiese estado en colegio privado, sería mas amable, y cosas así, y te das cuenta ya es demaciado tarde porque estas arriba del avion y ya no puedes ir a buscar el tercer par de calzonsillos, que ya es muy tarde y te remuerde eso cuando te das cuenta, despues, que hubiese hecho diferencia. Remuerde mucho menos no haber llevado chalas que no haber enseñado a nadar, pero de que lo hace, lo hace.
domingo, enero 24, 2010
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