En el fondo no es ni tu culpa ni tu responsabilidad que yo llegue aquí a tener algo por lo que patalearle a la pantalla, porque uno le patalea a una especie de televisor gigante pegado a un computador y eso es chistoso si lo descontextualizamos un poco. Filo.
En el fondo no es ni tu culpa ni tu responsabilidad que frente a la mitad de las cosas que duelen sobre ti, sobre tus culpas y sobre tus responsabilidades, yo quiera cortarme un poco y llegar mañana y mostrarte que tengo una herida nueva y que es por ti o para ti o algo de algún modo relacionado directamente contigo. Cada vez que me hago una herida nueva te la muestro pero nunca me las hago por nadie, porque decir que uno hace algo por alguien es una especie de lógica falible y penca. Yo prefiero decir que cuando me hago daño, me hago daño por mi, para manipularte a ti, o a quien sea que esté tratando de manipular, pero lo digo con palabritas; muestro la herida y te lo digo, o te lo he dicho, y a veces no son heridas de esas a las que uno les hace nanai y les echa sal para que cierren feo y queden como una marca memorable, como un tatuaje para hombres sin fines estéticos en la piel. Hay veces en las que te miro y te digo algo y es como si te mostrase mis cortes o mis quemaduras o esas lineas en las muñecas que casi no se me ven de tanta Crema Nivea que me he echado. Tanto tanto daño autoinflingido, en tantas partes distintas, tan regularmente, tan notoriamente. Tan emo, dirías, pero eso lo dices porque eres un robot y te hace mas sentido verlo así. A mi me pasa lo mismo con tus problemas de peso.
Lo más chistoso es que este texto no existe. Este texto es otro corte que te estoy mostrando pero me puedo dar el lujo de fabularte y explayarme en las cosas que te digo y mostrarte heridas que no están ahí, tratando de manipularte un poquito respecto a algo que no puedes tocar, respecto a lo que no puedes influir, que está ajeno a tu responsabilidad y a esa noción que tienes del merecer lo que te pasa. Hay veces que me gusta decirte que estoy roto pero que no soy un manipulador porque prefiero ser algo más y en realidad prefiero ser algo más pero no sueles dejarme serlo porque tiendes a hacerme miserable y que yo te pasivo-agresivee el culo como respuesta. Suena un poco sucio, o como una invitación, o como lo que quiero de cumpleaños, pero en el fondo es así. No puedo ser lo que quiero ser porque no me dejas, así que en vez de hacerme daño para manipularte por culpa, me hago daño para alimentar un poquito la barrita de pasivo-agresividad, dejarla llenita y hacerte un especial. O como en el Third Strike, te haga un poder usual pero amarillito. Me duele no poder ser siempre el hombre que quiero ser contigo, así que me hago daño por no serlo y te tiro lo que sale de esa frustración sistémica, y tu crees que te lo mereces y eso alimenta tu barrita de autoflagelacion y cuando la llenas haces algo para que efectivamente sea innegable no te lo mereces, y al hacerlo, vuelves a impedirme ser quien quiero ser. Y así los últimos meses, de un modo u otro.
Te amo. Te amo y ya no quiero seguir escribiendo. It makes me sick.
En el fondo no es ni tu culpa ni tu responsabilidad que frente a la mitad de las cosas que duelen sobre ti, sobre tus culpas y sobre tus responsabilidades, yo quiera cortarme un poco y llegar mañana y mostrarte que tengo una herida nueva y que es por ti o para ti o algo de algún modo relacionado directamente contigo. Cada vez que me hago una herida nueva te la muestro pero nunca me las hago por nadie, porque decir que uno hace algo por alguien es una especie de lógica falible y penca. Yo prefiero decir que cuando me hago daño, me hago daño por mi, para manipularte a ti, o a quien sea que esté tratando de manipular, pero lo digo con palabritas; muestro la herida y te lo digo, o te lo he dicho, y a veces no son heridas de esas a las que uno les hace nanai y les echa sal para que cierren feo y queden como una marca memorable, como un tatuaje para hombres sin fines estéticos en la piel. Hay veces en las que te miro y te digo algo y es como si te mostrase mis cortes o mis quemaduras o esas lineas en las muñecas que casi no se me ven de tanta Crema Nivea que me he echado. Tanto tanto daño autoinflingido, en tantas partes distintas, tan regularmente, tan notoriamente. Tan emo, dirías, pero eso lo dices porque eres un robot y te hace mas sentido verlo así. A mi me pasa lo mismo con tus problemas de peso.
Lo más chistoso es que este texto no existe. Este texto es otro corte que te estoy mostrando pero me puedo dar el lujo de fabularte y explayarme en las cosas que te digo y mostrarte heridas que no están ahí, tratando de manipularte un poquito respecto a algo que no puedes tocar, respecto a lo que no puedes influir, que está ajeno a tu responsabilidad y a esa noción que tienes del merecer lo que te pasa. Hay veces que me gusta decirte que estoy roto pero que no soy un manipulador porque prefiero ser algo más y en realidad prefiero ser algo más pero no sueles dejarme serlo porque tiendes a hacerme miserable y que yo te pasivo-agresivee el culo como respuesta. Suena un poco sucio, o como una invitación, o como lo que quiero de cumpleaños, pero en el fondo es así. No puedo ser lo que quiero ser porque no me dejas, así que en vez de hacerme daño para manipularte por culpa, me hago daño para alimentar un poquito la barrita de pasivo-agresividad, dejarla llenita y hacerte un especial. O como en el Third Strike, te haga un poder usual pero amarillito. Me duele no poder ser siempre el hombre que quiero ser contigo, así que me hago daño por no serlo y te tiro lo que sale de esa frustración sistémica, y tu crees que te lo mereces y eso alimenta tu barrita de autoflagelacion y cuando la llenas haces algo para que efectivamente sea innegable no te lo mereces, y al hacerlo, vuelves a impedirme ser quien quiero ser. Y así los últimos meses, de un modo u otro.
Te amo. Te amo y ya no quiero seguir escribiendo. It makes me sick.
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