Season of Love

Estoy tan aburrido que quiero escribir. Sí, así de aburrido...
Me leía a mí mismo, hace poquito, aquí mismo, lo del blog, y pensaba en todo lo penca que puede llegar a ser estar solo. O sea mas allá de sus ventajas comparativas en lo que se refiere a paz mental(o supuesta paz mental).
Te planteas ya sea como esperando a alguien que te saque del fome estado de entropía emocional, o no esperando a dicho alguien y fijándote más en lo que tiene el mundo que entregarte(esta vez relacionado profunda y desagradablemente con los colores pasteles...)
Y ambas opciones son igualmente cansadoras. Y ambas opciones igualmente autodestructivas. Y ambas son cruzadas penca, de esas que los paladines penca solemos tratar de llevar a cabo... infructuosamente, por lo demás.
Y llegas un día y nada, todo desarmado, todo roto, todo desagradablemente desenredado, todo normal; es decir, nada pasando. Y te sientas en la silla Moebius a buscar cierto fragmento del conocimiento que solo tu podrías estar interesado en encontrar(la ficha de personaje de Metron no es muy popular que digamos) y de la nada te das cuenta ser tu no es tan malo... así, como en Dubliners, te das cuenta de la nada de algo que estuvo ahí desde hace harto, y que siempre supiste pero que nunca te diste cuenta(son procesos distintos...Sé el agua gira al irse por el lavamanos, pero nunca me di cuenta giraba para un solo lado)
Y ahí, vacío, cansado pero animado, perdido pero no perdiendo, desesperando pero solo lo usual, solo lo intrínsico, nada especialmente asfixiante, ningún grillete de lana, ahí te das cuenta, mirando el peor medio del mundo para comunicar cosas, y mirando bien, y dándote cuenta, de que es más simple y más natural y más espontáneo de lo que podría haber sido nada nunca...
Y pasan X horas asombrosas y repentinamente te despides de alguien y el mundo ya no se ve igual, y ya no se siente igual y el ouroburos ya no tiene miedo de comerse entero, y ahora la lluvia no es solo redención andante, sino que es también parte del setting más lindo y más significativo del mundo, de mi mundo, de todos mis mundos actuales, de la mitad de mis pesadillas, de hartos de mis sueños, y de la enfermante season of love...
La próxima vez:
- Te abrazaré más fuerte, y más tiempo, y tratando de rasparte menos.
- Me fijaré más en tus pantalones, en cuando se caigan, en cuando se quieran caer.
- Molestaremos aun más canutos
- Comeremos más pollos, hablaremos más en idiomas entendibles, y menos en dialectos siniestros hechos para ganar tiempo.
- Veremos más estrellas, estemos donde estemos.
- Mantendré alejado al gato plomo, si es que llegamos a dar allá de nuevo. No quiero me opaque de nuevo.
- Y te miraré aun más.
Me doy cuenta, con cierta clase de resignación, pero de la que se siente rico, que no puedo referirme a nada sin terminar refiriéndome a lo feliz que me haces, a lo feliz que me hiciste sentir, y a lo feliz que sé me vas a hacer cada vez que hablemos, ya sea en vivo o detrás de un pc, o por un pedacito de plástico que tira ondas por la antena...

Sé te dan lata estas cosas, pero no estaba pensando en esta clase de alegatos cuando empecé a escribir: ahora no puedo dejar de pensar en ellos.