La posibilidad de una vida está aquí, frente a mí, haciéndome señas de búsquedas político-sociales. Es curioso; soy un organismo solitario, individualista al punto de la casi-extincion.
Soy, a mi manera, un nadador solitario... y se me presenta la isla de la vida, y me cansa un poco como he llevado mi vida hasta ahora, y me tienta la posibilidad de cambiarla, pero no me siento partícipe de esa noción de estar atado a la tierra, y a los núcleos. Soy un hombre marino, acostumbrado al movimiento y a la atracción sensorial, y eso juega en contra de las dinámicas sociales que se me abren, y que son tentadoras desde el punto de vista de la posibilidad de pertenencia... pero yo no pertenezco.
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